Desarrollan la creatividad: Una caja de Lego para un niño no es un juguete, son muchos a la vez. Tu hijo puede montar la figura que muestra el paquete. Pero al día siguiente, deshacerla entera e inventar otra completamente distinta.
Enseñan a estar concentrado y ser paciente: Para sacar provecho a los Lego, tu hijo debe estar concentrado en la construcción, pensar cómo armarla de forma que tenga sentido y no se desmorone. Además, es un trabajo que no se debe hacer con prisas. A lo mejor las primeras veces no sale bien, pero como los puede desmontar, podrá perfeccionar su trabajo. Le ayudará a tener mayor tolerancia a la frustración y a aprender de sus errores.
Estimulan el pensamiento matemático y espacial: Jugando con los ladrillos de Lego tu hijo se planteará ciertos problemas: ¿Tengo piezas suficientes? ¿Cabrán en el hueco que queda? De manera natural irá sumando, restando, contando piezas y experimentando con las formas. Los Lego para niños les ayudan a comprender el espacio, la simetría, las proporciones y las dimensiones.
Mejoran la motricidad: En concreto la psicomotricidad fina, que consiste en coordinar huesos y músculos para realizar tareas de precisión. Como por ejemplo, agarrar un lápiz y escribir, que será mucho más fácil después de pasar ratos ensamblando ladrillos de Lego.
Desarrollan la sociabilidad y la comunicación: Si un grupo de amigos se junta para jugar a los Lego, se tendrá que poner de acuerdo para ver qué construcción quieren hacer y cómo. Es un verdadero trabajo en equipo para que todo salga bien.